Wilhelm Reich (VI): condena, prisión y muerte

Último round: ¡He ganado mi batalla!
Wilhelm Reich, detenido en EE.UU. por el FBI.

Wilhelm Reich escribió esta frase en varias de las cartas que envió desde la prisión[1], detenido por el FBI. Expulsado de Europa en agosto de 1939 embarcó junto a su compañera Ilse Ollendorff rumbo a EE.UU. Los psicoanalistas —neofreudianos antimarxistas— lo rechazaron por su «bolchevismo»; los comunistas —neomarxistas antifreudianos— por su «freudismo burgués»; los nazis por ambos motivos sumados a su origen judío.

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Wilhelm Reich (V): del «marxismo vulgar» al «psicoanálisis diluido»

Del «marxismo vulgar» al «psicoanálisis diluido»

El marxismo vulgar al considerar que el factor económico por si solo y de modo inmediato es el que determina la «ideología» y la «conciencia» de los sujetos, manifiesta su incapacidad para comprender por qué las masas se mueven en contra de sus intereses de clase. Continuar leyendo «Wilhelm Reich (V): del «marxismo vulgar» al «psicoanálisis diluido»»

Wilhelm Reich (IV): la «conciencia de clase» que nunca llega

El congreso de Lucerna: la expulsión de la asociación psicoanalítica

En marzo de 1933 Reich es obligado por el régimen nazi a abandonar Alemania, trasladándose a Copenhague donde en agosto de 1933 consigue publicar «Psicología de masas del fascismo». En Dinamarca le niegan el permiso de residencia con lo cual tiene que marchar del país a finales de noviembre emigrando a Suecia país del que será expulsado al año siguiente. En esos viajes visita Inglaterra donde conoce al antropólogo Bronisław Malinowski[1], que había realizado un estudio sobre la vida sexual de los habitantes de la isla de Trobriand y que fue primordial para Reich en su trabajo de investigación sobre el paso del matriarcado al patriarcado y de ahí a la sociedad autoritaria[2], y que le permite desarrollar su tesis que sostiene “que basada en tabúes sexuales determinados económicamente, la represión sexual conduce finalmente a la sumisión a la familia autoritaria y al estado autoritario, los lugares de origen de la enfermedad mental y el totalitarismo»[3].

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Wilhelm Reich (III): la contradicción de las masas

El «Instituto Göring»
Publicación oficial del Instituto «Göring»

 A mediados de 1927 se fundó en Alemania la Sociedad Médica General de Psicoterapia (AÄGP: Allgemeine Ärztliche Gesellschaft für Psychotherapie) que integrada por psiquiatras y psicoanalistas de renombre desempeñará una amplia actividad de investigación científica que se verá interrumpida en 1933, cuando asume su dirección Matthias H. Göring, primo del jerarca nazi y miembro activo del partido nacionalsocialista. Una de las primeras decisiones de Göring es exigirle la renuncia a su presidente el psiquiatra Ernst Kretschmer sustituyéndolo por Carl G. Jung, en ese momento vicepresidente de la Sociedad[1]. Ese mismo año la Sociedad Psicoanalítica de Alemania (DGP: Deutschen Psychoanalytischen Gesellschaft), fundada en 1910 por el propio Freud, ante la creciente presión del gobierno decide expulsar a los psicoanalistas judíos. En octubre de 1936, Göring funda el Instituto alemán para la investigación psicológica y psicoterapia (Deutsches Institut für psychologische Forschung und Psychotherapie) y modifica los programas formación de médicos y psicoterapeutas ofreciendo a Jung formar parte de la dirección del nuevo Instituto, cargo que acepta, siendo su primera tarea el desarrollo del programa y los contenidos de la Nueva psicoterapia alemana (Neue Deutsche Seelnhei Kunde). Göring explica con detalle la función de su Instituto:

Sabemos que hay miembros —y colegas— del partido que niegan la necesidad de psicoterapia, que afirman que la herencia es lo único que importa y que la educación es innecesaria. Como el Führer, reivindicamos que el carácter puede desarrollarse y por eso la psicoterapia es de la mayor importancia. Pues la psicoterapia, como Jung lo ha señalado una y otra vez, no consiste solo en curar a las personas, sino en hacer que las personas que carecen de una actitud correcta ante la vida encajen en nuestra sociedad[2].

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Wilhelm Reich (II): políticas sexuales proletarias

Fundación de la «Sexpol»

En «El malestar en la cultura», Freud considera que las fuentes de sufrimiento a las que está sometido el sujeto humano son al menos tres: el propio cuerpo, condenado a la decadencia y a la aniquilación; el mundo exterior, las fuerzas de la naturaleza y la sociedad; y las relaciones con los semejantes[1]. El sufrimiento que emana de esta última fuente dice Freud que quizá sea más doloroso que cualquier otro; pero más allá de los cuidados que pueda dar a su cuerpo o a su entorno natural inmediato, es en el hostil territorio de las relaciones con los semejantes donde, si las circunstancias lo permiten, el sujeto puede y debe hacer algo. Pero no todos los sujetos están en condiciones para la tarea de librarse de estos sufrimientos ni tampoco los métodos terapéuticos que la sociedad le ofrece tienen la base ética y teórica que le permitan armarse para afrontarlos.

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Wilhelm Reich (I): la psicología de masas del fascismo

La «gran depresión capitalista» de los años ´30 y el ascenso del fascismo

La «gran depresión capitalista» de los años treinta en Europa podía presagiar una revuelta social protagonizada por las organizaciones obreras y sindicales y por los partidos de izquierda. Pero por el contrario con el apoyo popular se produjo un ascenso de la extrema derecha, inspirada en el fascismo italiano, ascenso que se reflejó en los resultados electorales de julio y noviembre de 1932, donde el NSDAP, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, se consolida como primera fuerza, «un partido sin historia, que surge repentinamente en la vida política de Alemania», y que desembocará en el nombramiento de Hitler como canciller imperial el 30 de enero de 1933.

Estos resultados electorales le permiten a Wilhelm Reich comprobar cómo la situación social y económica de las masas no se reflejan necesariamente en la conciencia social de los trabajadores y se dedica, en «Psicología de masas del fascismo» publicado en agosto de 1933, a investigar las raíces de esta contradicción.

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Trastornos de la alimentación: «Anorexias»

En una carta enviada a Wilhelm Fliess conocida como el «Manuscrito G», Freud hace una de sus primeras menciones al padecimiento que se conoce como «anorexia mental», haciendo una articulación de esta afección con la melancolía:

  • El afecto correspondiente a la melancolía es el del duelo, o sea, la añoranza de algo perdido. Por tanto, acaso se trate en la melancolía de una pérdida, producida dentro de la vida querencial.
  • La neurosis alimentaria paralela a la melancolía es la anorexia. Me parece (tras una buena observación) que la famosa anorexia nervosa de las niñas jóvenes es una melancolía en caso de sexualidad no desarrollada. La enferma indicaba no haber comido simplemente porque no tenía ningún apetito, nada más. Pérdida de apetito = en lo sexual, pérdida de libido[1].

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Toxicomanías: «recaída» y «sobredosis»

El sujeto toxicómano

El sujeto que recurre a una sustancia con la ilusión de poder superar debilidades, un malestar o su impotencia ante las exigencias de la vida cotidiana, en lugar de liberarse de éstas, termina esclavizado a la droga. El adicto vive en un permanente malentendido, en ocasiones racionaliza su patología en términos de una ideología de vida, o mejor dicho de muerte, asumiendo un delirio diferente en su contenido al fenómeno que conocemos en las psicosis, pero similar en su estructura, si consideramos que el eje de un delirio reside en no responder al juicio de realidad.

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Toxicomanías: ¿estructura, síntoma, síndrome o enfermedad.

«El manicomio químico». Piero Cipriano. Ediciones Enclave. Introducción de Carlos Ledesma Lara.

La simple observación de pacientes adultos muestra cómo éstos quedan de alguna manera «fijados» a la edad en que comenzaron a consumir, fenómeno observable a través de estados de provocación infantiles o mediante la búsqueda de complicidades, como se comprueba, por ejemplo, en el consumo de cocaína en los lavabos de locales públicos, donde surge una espontánea, aparente e «intensa» amistad en un intento desconcertante de «compartir» y que tan sólo dura hasta el momento en que amanece.

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Toxicomanías: el malestar en la adicción.

La toxicomanía precipita un saber y causa una prisa por concluir  1

Sylvie Le Poulichet.

Pretenciosas definiciones de «drogodependencia».

Existen múltiples definiciones de drogodependencia, entre ellas podemos citar la de la O.M.S. que la considera un «estado psíquico y a veces físico, resultante de la interacción de un organismo vivo y una droga, caracterizado por un conjunto de respuestas de comportamiento que incluyen la compulsión a consumir la sustancia de forma continuada con el fin de experimentar efectos psíquicos o en ocasiones evita la sensación desagradable que su falta ocasiona» 2

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