Los resultados de las elecciones «Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias» (PASO) celebradas este 13 de agosto en la Argentina han supuesto un terremoto político debido al triunfo de una derecha extrema, indescifrable por los grotescos y apabullantes mensajes que emite su líder a una población agobiada por una situación económica y social cada vez más decadente.
No descubriremos nada si afirmamos que lo sucedido no es un fenómeno exclusivo de la Argentina. En absoluto. Un manto de mediocridad, desinformación y grosería que emana desde los medios de comunicación y las instituciones cubre a occidente desde hace décadas a ambos lados del Atlántico, creando las condiciones que posibilitan la emergencia de conglomerados políticos sin historia aparente que finalmente reciben el apoyo de los confusos electores frente a los partidos tradicionales enredados en contiendas internas, luchas de poder, políticas ambiguas cuando gobiernan o directamente contrarias al bien de los ciudadanos y del «pueblo» que dicen representar.
Gran parte del pueblo trabajador termina eligiendo en contra de sus propios intereses de clase, como ya ocurriera en otros momentos del siglo pasado y del presente. Ocurrió en Alemania en 1933, en la Italia de los años noventa, periódicamente en la España ambigua, monárquica y parlamentaria a la vez, en el Brasil que derrumbó al partido que más allá de sus deficiencias y limitaciones se ocupó de las clases obreras y las marginales, dando paso por mandato popular a un candidato que en la brevedad de su mandato mostró su verdadero rostro. Los ejemplos ocuparían la mayor parte de este espacio.
Así como sucedió hace pocos años en Brasil, como hemos señalado, con la derrota del Partido dos Trabalhadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva «Lula» y Dilma Rousseff frente a Jair Bolsonaro, llevar a cabo una política para erradicar la pobreza y dar un poco de oxigeno a las clases más desfavorecidas, no garantizó al PT el apoyo en las urnas, pero de lo que no parece haber duda es que aplicando una política neoliberal maquillada de «social» se facilita la derrota de un gobierno «populista de izquierdas». Esto lo digo sin resonancias irónicas, me limito a tomar la terminología establecida por sectores de la izquierda argentina seguidora de Ernesto Laclau.
Los ejemplos donde un pueblo elige a un representante contrario a sus propios intereses de clase abundan.
Las «PASO», un invento argentino
En ningún país del mundo, que sepa, es obligatorio para los ciudadanos concurrir a elecciones internas partidarias para elegir los candidatos finales a las presidenciales. Las PASO son un invento argentino. La ley que las implementó se dictó en 2009, siendo el año 2011 el primero en que se llevaron a cabo.
El proceso consiste en que cada agrupación política selecciona sus candidatos y los postula al electorado, que puede votar al que considere, independientemente del partido al que represente. Si en un partido sólo hay un postulante no habrá elección interna, ya que ese será el candidato final a las presidenciales, pero aún así participa en las PASO.
En estas últimas celebradas el 13 de agosto dos de las agrupaciones políticas más votadas presentaron sendos candidatos cada una:
- El oficialismo, que responde al peronismo, presentó dos candidatos con la agrupación Unión por la Patria y obtuvo sumando los votos de ambos el 27,27%.
- La oposición Juntos por el Cambio, que responde al anterior presidente Mauricio Macri, obtuvo (28,27%) sumando los votos de sus dos candidatos.
- La tercera agrupación La Libertad Avanza, que terminó siendo contra pronóstico la más votada con el 30,04%, presentó un único candidato, el «libertario» Javier Milei.
Un ejemplo de esta singular situación electoral es el siguiente. Un partido de orientación trotskista, el Frente de Izquierda y de Trabajadores-Unidad (FIT), tal es su nombre, sumando sus dos candidatos obtuvo el 2,65%, por tanto no pasó el corte para presentarse a las presidenciales de octubre.
Esto parece indicar que el sistema beneficia a espacios que afrontan las elecciones con candidaturas únicas, que de ese modo no dividen los votos, como ha sido el caso de La Libertad Avanza, frente a los grupos que compiten internamente. Quizá habría que agregar el efecto de unidad —al menos aparente— que muestra dicha agrupación frente al electorado, sin el desgaste con el que llegan las otras que llevan a las PASO a dirimir en público sus diferencias, en lugar de hacerlo en sus órganos internos, con la saturación de campañas, propaganda, medios económicos que eso conlleva, así como la inevitable parálisis parlamentaria, puesto que la mayoría de los precandidatos ocupan cargos legislativos y gubernamentales.
Otro detalle. Las PASO aun siendo obligatorias, registraron en 2019 una participación ciudadana del 76,4%, y en la de agosto de 2023 bajó al 69%. Quizá este modelo electoral debería ser revisado, si es que la representación parlamentaria de organizaciones políticas más cercana a los intereses del pueblo le alcanza para hacerlo.
Su majestad el FMI.: al fondo a la derecha
Si el candidato triunfante de estas elecciones expresa abiertamente propuestas como mínimo inquietantes para los intereses del país y de la clase trabajadora de lo que no cabe duda, al menos para el que escribe, es que es un emergente, un síntoma social de una situación de decadencia que la Argentina viene construyendo ladrillo sobre ladrillo desde hace décadas.
En esa línea la reacción del gobierno actual luego del batacazo electoral fue devaluar la moneda nacional un 20% y pedir una reunión con el FMI (Fondo Monetario Internacional) que en el momento de escribir este breve texto se está llevando a cabo en su sede en 19th Street, N.W. Washington, D.C., EE.UU., entre el Ministro de Economía y candidato a la vez del oficialismo Sergio Massa y la directora de tal solícito organismo, Kristalina Georgieva, que haciendo honor a su nombre de pila con total transparencia exige al ambivalente ministro-candidato entre otras cuestiones tal como publica el diario Página|12 «(…) la necesidad de no incrementar el gasto público en jubilaciones y salarios de empleados del Estado, ordenó no aflojar con la eliminación de subsidios y mantener a raya la expansión monetaria. Pero además, ya puso el ojo sobre el escenario poselectoral, al pedir que se desactiven los controles cambiarios, aplicar «reformas estructurales» en el sistema previsional y en las empresas públicas.» 1.
Cumplir estas exigencias permitirá al país recibir «el desembolso de 7500 millones de dólares en favor de las reservas del Banco Central —el mismo que Javier Milei propone disolver. Aquí surge un interrogante, si se disuelve tal como propone el «libertario» el Banco Central ¿quien respondería por la deuda contraída?—, lo cual alivia el escenario financiero hasta fin de año.
El FMI, continua la nota de Página|12, estima que «la inflación del año cerrará en el 120 por ciento anual y que el PBI caerá un 2,5 por ciento.» Aclaremos que gran parte de esos fondos se destinan a pagar intereses de la deuda que arrastra el Estado argentino con el propio FMI.
En la campaña electoral, que lleva a cabo al menos desde 2019, el líder «libertario» propone dolarizar la economía, cerrar el Banco Central y liquidar las empresas e instituciones del Estado, entre ellas el CONICET [Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas], el organismo que se dedica a la promoción de la ciencia y la tecnología.
Es pertinente recordar que esa misma política privatizadora y de desmantelamiento estatal ya fue ejecutada en los años noventa por un gobierno peronista, el de Carlos Saúl Menem, con el apoyo popular durante casi una década, también vale decirlo. Pizza y champán era el eslogan, cuando 1 peso equivalía a 1 dólar. Todos felices en aquellos momentos…
Los ladrillos del muro
Uno de esos ladrillos que invocamos, como ejemplo de los muchos que se acumulan en el muro que separa a la dirigencia política del pueblo, fue por ejemplo el que el PCA (Partido Comunista de la Argentina) aportó con la firma de un acuerdo con la Coalición Cívico-Militar en 1973 encabezada por el Gral. Jorge R. Videla como representante principal de los militares. Al año siguiente, en marzo de 1976 se produjo el golpe de estado que derrocó al tambaleante y nefasto gobierno de Isabel Perón, golpe militar que se ejecutó con el apoyo de gran parte de la población civil. La dictadura militar desplegó una campaña de extermino contra la población civil con claras«raíces ideológicas en el movimiento fascista de cosecha propia argentina», como declararía el propio almirante Emilio Massera «Argentina estaba combatiendo una «Tercera Guerra Mundial» entre el materialismo dialéctico y el humanismo idealista, lo que significaba eliminar la influencia de Marx, así como de Freud y de Albert Einstein» 2 3
Previo a esto, en 1973, se creó desde el propio Estado durante un gobierno democrático la Triple AAA, (Alianza Anticomunista Argentina), una organización parapolicial de ultraderecha gestada en el propio gobierno peronista, que como es sabido participó y ejecutó decenas de miles de jóvenes militantes, sindicalistas y civiles incluso sin militancia activa. El terrorismo de estado funciona de ese modo. Mata por las dudas, para crear pánico y sumisión en la población. 4.
Otra década infame
Hago un paréntesis levemente autorreferencial, por ende narcisista, para evocar momentos de mi intensa y añorada juventud…
Nací en Buenos Aires, en el barrio de Villa Real y me crié en el sur de Buenos Aires, en el Barrio San José de la localidad de Temperley. En la zona fuimos testigos cercanos junto a mis padres de hechos trágicos, entre ellos la llamada «Masacre de Pasco». 5.
La década infame de los años ´70 y principio de los ´80 me acercó a militar en las juventudes comunistas y luego, en función de mi sector de trabajo, en el movimiento sindical, primero en la UOCRA (Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina) y luego en la UOM (Unión Obrera Metalúrgica), ambas organizaciones pertenecientes al movimiento sindical peronista, en ambos casos en listas internas opositoras a la burocracia sindical que controlaba dichas organizaciones obreras, una especie de barras bravas, que manejaban las cuotas que pagaban los afiliados, entre otras cosas…
En la universidad mi militancia fue escasa, aunque participé por ejemplo en la manifestación del 30 de marzo de 1982, 6 tres días antes del desembarco de los militares argentinos en las Isla Malvinas, guerra de la que me libré por muy poco y en la que murieron dos muchachos cercanos, de mi barrio uno, del trabajo el otro.
Mi padre, que era albañil y delegado sindical no liberado de la UOCRA falleció ese año; estaba sin trabajo, excluido del propio gremio por no ser partícipe de contubernios ni cómplice de prebendas que otros impunemente aceptaban. Luego de estar detenido por su militancia sindical, preso en dos ocasiones, fue liberado unos meses antes de su muerte. Tenía 49 años.
En los noventa aterricé en España. Dicho esto, continúo.
Apilando ladrillos en el muro
Durante esas décadas los ladrillos siguieron agregándose al muro. Los partidos autodenominados de «izquierda», incluida la izquierda peronista, cada vez más aferrados a un discurso más inaccesible para la clase obrera. Sus dirigentes demostraron no haber aprendido nada del «Che» al que tanto invocaban llevando su imagen a cada acto, piquete o manifestación.
Mientras el movimiento sindical argentino —un fenómeno probablemente único en el mundo, ya que el porcentaje de afiliados es de los más altos de occidente— manejan y controlan los servicios sociales y sanitarios de los trabajadores, lo cual en su momento fue un logro y una conquista obrera indiscutible. Otra cosa es lo que ha sucedido con muchos de estos gremios y la gestión de los recursos, con dignas y meritorias excepciones.
El gobierno actual, cuya lista que acaba de ser derrotada en estas PASO, mantiene un raro equilibrio entre un discurso social que de repente firma un convenio bilateral con Rusia y luego con China y a la semana siguiente celebra un viaje a Washington y después pide ingresar en el grupo de los BRICS.
Mientras incluso los medios de comunicación afines asisten estupefactos a la firma de un nuevo empréstito con el FMI que permita seguir pagando intereses de una deuda con las corporaciones internacionales capitalistas que nunca se acaba, por el contrario no termina de incrementarse.
Estimo que si fueran invitados Milei, Macri o su candidata Patricia Bullrich, acudirían encantados a la firma de estos nuevos empréstitos y pasar un fin de semana en Central Park unos y retratarse en el Planet Hollywood de Manhattan otros.
Los argentinos y la relación erótica con el dólar
El genial humorista argentino Tato Bores en un monólogo vigente a día de hoy, hacía un juego en su programa sobre la cotización del dólar frente al peso y la relación de los argentinos con la verde divisa… era el año 1962!!!!!
Y otro programa de los años 80:
¿A qué se debe esta fascinación argentina por la moneda de los EE.UU. desde hace tantas décadas? Fascinación que por cierto también se observa en la mayor de las Antillas…
Seguiremos pensando en torno a este enigma en siguientes páginas…
Mientras nos quedamos con esta reflexión de Wilhelm Reich sobre la falta de relación entre las condiciones sociales y la conciencia de clase:
«Ya hemos visto que las situaciones económica e ideológica de las masas no tienen por qué coincidir y que incluso puede haber entre ellas una divergencia notable. La situación económica no se traslada inmediata y directamente a la conciencia política; si ello fuera así, la revolución social se habría realizado hace tiempo» 7
El amargo desencanto de las masas (II)
- «El FMI mete presión sobre el gasto público y ya le apunta al escenario poselectoral», Diario Página|12. 26 de agosto de 2023: https://www.pagina12.com.ar/582245-el-fmi-mete-presion-sobre-el-gasto-publico-y-ya-le-apunta-al ↩
- Vincent Bevins. El método Yakarta. Madrid, Capitán Swing, 2021, p. 310-311 ↩
- Federico Finchelstein. The Ideological Origins of the Dirty War, New York, Oxford University Press, 2014, p. 127 ↩
- Atilio Borón. Bitácora de un navegante. Teoría política y dialéctica de la historia latinoamericana, Buenos Aires, CLACSO, 2020, p. 72. Enlace abierto: https://www.clacso.org/wp-content/uploads/2020/10/Atilio-Boron-Antologia-esencial.pdf ↩
- «Los acribillaron y volaron los cuerpos con granadas: la Masacre de Pasco, el asesinato en masa más sangriento de la Triple A». Infobae, en línea: https://www.infobae.com/sociedad/2021/03/20/los-acribillaron-y-volaron-los-cuerpos-con-granadas-la-masacre-de-pasco-el-asesinato-en-masa-mas-sangriento-de-la-triple-a/ ↩
- «La masiva marcha que lideró Saúl Ubaldini y fue el primer desafío al poder de la dictadura militar». Infobae, en línea: https://www.infobae.com/sociedad/2022/03/30/paz-pan-y-trabajo-a-40-anos-de-la-movilizacion-que-marco-el-principio-del-fin-de-la-dictadura/ ↩
- Wilhelm Reich. Psicología de masas del fascismo. Traducción de Roberto Bein; Introducción e edición Carlos Ledesma Lara; Madrid, Enclave de Libros; Fundación Aurora, 2020, p. 90. ↩