Histeria y arrogancia perversa de «occidente»

La frase «enemigos de la democracia» es uno de los eslóganes más recurrido por los representantes de los gobiernos occidentales. Por «occidente» o «comunidad internacional» se da en llamar una región del planeta dirigida por los EE.UU. y Gran Bretaña, a la que se suman el lejano Japón, Canadá, Australia, y los países del este de Eurasia incluidos en la Unión Europea, ente conformado por países que están bajo la tutela y a la orden de la organización militar OTAN, con sede burocrática en Bruselas pero puesto de control en Washington.



Todos aquellos países cuyos gobiernos no responden ni obedecen el «orden democrático» de occidente son candidatos a pasar a formar parte de los llamados desde los años noventa «rogue State» [«estados canallas»]. Los animales salvajes, nos dice Jacques Derrida en un ensayo sobre el tema, pueden ser considerados «rogue», sobre todo aquellos animales que dejan de conducirse como se espera de ellos y que se posicionan «fuera de la ley». Según la RAE, el vocablo «canalla» procede del latin can, cane, del que proviene perro, pasando a canalla, que es una persona «despreciable y de malos procederes.» 1

Las razones del imperio

Fue el presidente de los EE.UU., Bill Clinton, junto a su estrecha colaboradora Madeleine Albright, quien entre los años 1997 y 2000, dio impulso al uso de la categoría «rogue States», recibiendo el testigo de sus antecesores en la Casa Blanca, primero Ronald Reagan con el uso de «outlaw» y luego George H. W. Bush, que prefería la etiqueta «renegade».2

Previamente, en 1993, el propio Clinton había recordado en una Asamblea de la Naciones Unidas, por si alguien lo hubiese olvidado, que «los EE.UU. trabajarán en forma conjunta con otros y también a través de instituciones multilaterales tales como las Naciones Unidas. Ello conviene a nuestros intereses nacionales. Pero no vacilaremos en actuar en forma unilateral cuando exista una amenaza a nuestros intereses fundamentales o a los de nuestros aliados3

Para ilustrar esto recordemos, como ejemplo, la invasión de Timor Oriental en 1975 por parte de Indonesia avalada por EE.UU., con la colaboración del Reino Unido, que costó la vida de al menos 200.000 personas. 4

Destaca Derrida que Noam Chomsky publicó en el año 2000 «una obra rica, apabullante y en general poco utilizada contra la política americana en el mundo» titulada Estados canallas. El imperio de la fuerza en los asuntos mundiales, 5 un ensayo donde Chomsky analiza el concepto de «estado canalla» que EE.UU. utiliza sin disimulo para, a pesar de que la «guerra fría» parecía haber terminado, atribuirse la responsabilidad de proteger al mundo de aquellos países desobedientes y fuera de la ley tales como Irak, Libia, Cuba, Corea del Norte… y ahora nuevamente Rusia, atacándolos directamente mediante la organización que dirige -la OTAN- y mediante la cual controla a sus países aliados, o a través de otros que utiliza de intermediarios, como es el caso actual de Ucrania, para enfrentarse militarmente pero de forma subsidiaria a Rusia, desde al menos el año 2014.

El enfrentamiento económico EE.UU. lo ejerce de forma directa, mediante sanciones, embargos, bloqueos bancarios, etc., obligando a sus aliados occidentales que los cumplan y ejecuten.

La OTAN: una organización militar «defensiva»

La OTAN, una organización creada para la «defensa de los intereses de occidente», destruyó Libia, Irak, Yugoslavia… y a través de sus estados miembros vende armas a Arabia Saudí para, por ejemplo, bombardear Yemen, desde hace más de una década y donde han sido asesinados unos 400.000 yemeníes.

Portada Diario El País, 25 de marzo de 1999.

La OTAN, que «justifica su vigencia en la necesidad de afrontar problemas por ella creados»,6 en su página oficial la «Organización del Tratado del Atlántico Norte» 7 se define como una alianza político y militar cuya «finalidad es garantizar la libertad y la seguridad de sus países miembros por medios políticos y militares». Dichos medios los define como:

■■ POLÍTICOS: la OTAN promueve valores democráticos y permite que los miembros se consulten y cooperen cuestiones relacionadas con la defensa y la seguridad para solventar problemas, fomentar la confianza y, a largo plazo, evitar conflictos.

■■ MILITARES: la OTAN tiene un compromiso de resolución pacífica de controversias. Cuando los esfuerzos diplomáticos no dan fruto, la fuerza militar emprende operaciones de gestión de crisis. Estas operaciones la lleva a cabo bajo la cláusula de defensa colectiva del tratado fundacional [Artículo 5 del Tratado de Washington de 4 de abril de 1949] o por mandato de las Naciones Unidas, ya sea por sí sola o en cooperación con otros países y organismos internacionales. 8

El bombardeo propagandístico generado en y desde los países miembros de la OTAN ha hecho creer a casi toda la humanidad que la presencia de bases militares estadounidenses a lo largo y ancho del mundo es algo tan natural como que los manzanos den manzanas o los trigales, trigo (…) Desde ese sentimiento de omnipotencia, EE.UU., se cree con derecho a controlar casi todos los océanos y mares del mundo. 9

Socialdemocracia y sumisión otanista

A estas alturas no sorprende la sumisión de la socialdemocracia europea a los EE.UU. y a su organización militar, que no para de incorporar países otrora con posiciones reacias a hacerlo, tales como en la actualidad Suecia y Finlandia que acaban de solicitar su ingreso.

El actual y los anteriores jefes de la OTAN fueron personajes representantes de la «izquierda socialdemócrata» europea, entre ellos el socialista español Javier Solana, responsable jefe de los bombardeos a Belgrado en 1998, que sucedió al laborista británico George Robertson.

Desde el período posterior al hundimiento de la Unión Soviética, ante al desconcierto y tragedia del pueblo ruso por el expolio de la que era la mayor de la repúblicas, Rusia, saqueo que abarcó como mínimo el período 1990-2003, y frente a la debilidad y pasividad de Moscú con la infame doctrina «Sinatra» de Mijaíl Gorbachov, la OTAN no cesó de ampliar sus fronteras hasta los límites fronterizos rusos.

Después de posiciones tan agresivas y beligerantes de los nombrados llegamos al actual, también socialdemócrata, el noruego Jens Stoltenberg, que no para de desafiar temerariamente al gobierno ruso, que desde aquella época de debilidad y sumisión parece haber dado un giro y puesto un límite al abuso geopolítico de «occidente». 10

«Proxy war»: guerras por encargo de los EE.UU.

Desde su creación los EE.UU. junto a sus aliados miembros de la OTAN, utilizando diferentes pretextos, sea por la amenaza «comunista o terrorista», han invadido más de treinta países, derrocado e imponiendo gobiernos, de forma directa o indirecta como sucedió en Kiev con el «euromaidán» en 2014, 11 guerras por encargo «proxy war»… entre ellos:

Lista no exhaustiva de operaciones e intervenciones militares OTAN-EE.UU

Consintiendo o apoyando además el acoso criminal de Israel al Estado y pueblo de Palestina. A esto tendríamos que agregar los golpes de estado promovidos en el continente americano: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, República Dominicana, El Salvador, Guatemala, Haití, Nicaragua, Panamá, Perú12

Mención especial merece el mal llamado «embargo» con el que EE.UU. y sus aliados europeos tienen asfixiado al pueblo de Cuba, bloqueo infame que una y otra vez es rechazado por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con declaraciones y resoluciones que finalmente nunca se cumplen, como la resolución de 3 noviembre de 2022:

«La Asamblea General de las Naciones Unidas reiteró este jueves por trigésima vez de forma inequívoca su posición contra el embargo económico de Estados Unidos a Cuba y pidió que se ponga fin a ese castigo unilateral.» La resolución de rechazo obtuvo este año 185 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y 2 abstenciones (Ucrania y Brasil), 13 a la que se sumó la de 2 de noviembre de 2023 en la que «Por una abrumadora mayoría de 187 votos a favor, dos en contra, los de Estados Unidos e Israel, y una abstención, la de Ucrania, se aprobó por trigésimo primera vez la resolución que pide a Estados Unidos acabar con el bloqueo. El documento contó este año con dos votos más que en 2022.» 14

Cuando EE.UU. y sus aliados consiguen colocar en algún país un gobierno afín a sus intereses le brindarán «ayuda humanitaria» después de destruirlo, promoverán procesos electorales «democráticos» para intentar colocar agentes políticos afines y prebendarios, paliarán el hambre y la miseria que generan el expolio de sus riquezas y empujarán a sus habitantes a la marginación, la delincuencia, a la huida y a guerras civiles que por lo general terminan desencadenándose.

Pero los problemas para el «imperio» comienzan cuando se topa con el gobierno de un país que no se doblega, pasando de este modo a formar parte de la lista del «eje del mal» a partir de ese momento dicho país soberano comenzará a ser hostigado, se le aplicarán embargos, sanciones económicas, se bloqueará su comercio internacional, se le amenazará explícitamente, etc. buscando que sea el propio pueblo asfixiado el que se movilice para derrocar a su gobierno que aparecerá, con la fundamental intervención de los medios de comunicación, como culpable directo de sus desgracias.

Las «revoluciones de colores»

Con la pintoresca —y en ocasiones trágica— etiqueta de «revoluciones de colores» se denominan una serie de perversos movimientos que buscan cambios de poder político en el que fuera el espacio «soviético». El gobierno de los EE.UU. prestando apoyo a entidades locales «sin ánimo de lucro» en diferentes países de la extinta URSS, bajo el pretexto de promover «gobiernos democráticos y liberales», fomenta dichas revoluciones de colores para imponer líderes lacayos y serviles a los intereses de la «comunidad occidental», es decir, el gobierno de Washington y sus aliados. Uno de esos cambios forzosos se produjo en el año 2000 con la destitución de Slobodan Milosevic.15

Los autores materiales de esos cambios de gobierno y golpes de estado son movimientos locales, muchos de ellos nacionalistas, financiados y manipulados desde el exterior: desde la propia Agencia Central de Inteligencia [CIA], a fundaciones benéficas como la Open Society Foundations del magnate y filántropo George Soros, la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional [USAID: «United States Agency for International Development»], o la Fundación Nacional para la Democracia [NED: National Endowment for Democracy], entre otras.16

La destrucción de Yugoslavia

Yugoslavia tuvo la circunstancia de no llegar a ser incluida en la lista de «estados canallas», ya que la OTAN liderada por los EE.UU. y con el apoyo incondicional de sus aliados de la UE fue fracturada y bombardeada por la OTAN. Actualmente una de sus repúblicas herederas del desmembramiento yugoslavo, la república Serbia, sigue en permanente sospecha, entre otros motivos, por no aplicar las sanciones impuestas a Rusia desde 2022 por la «comunidad internacional»

Hotel Jugoslavia, Belgrado.

El historiador Josep Fontana investigando el nuevo estilo de guerras promovidas por occidente consideró que éstas se definieron por completo en Yugoslavia, donde se decidió atacar, sin mandato de la ONU, a un gobierno elegido democráticamente, que no había violado ninguna ley internacional, pero se había negado a aceptar en su momento la imposición de un acuerdo geopolítico perverso, que finalmente tuvo que aceptar, siendo una de sus consecuencias la construcción en Kosovo de la mayor Base Militar de la OTAN en el centro de Europa llamada «Camp Bondsteel» en homenaje a un “héroe” de guerra de Vietnam. 17 La destrucción de Yugoslavia, señala Fontana, comenzó con la independencia de Eslovenia en 1991, avalada por Alemania; continuó con las de Croacia y Macedonia en 1992, mientras se invitaba a Bosnia-Herzegovina a seguir el mismo camino, lo que terminó provocando una guerra civil con la participación de serbios y croatas. 18

Obviamente para que la desintegración de un país suceda debe haber unas condiciones internas previas que en el caso yugoslavo, las potencias foráneas occidentales tuvieron la capacidad de explotar, como son los conflictos identitarios que amplificados por diferentes medios, fundamentalmente mediante la inyección de capitales y préstamos a organizaciones, fundaciones y entidades dispuestas a colaborar en el proceso a través de bancos occidentales y organizaciones monetarias como el FMI o el BM terminaron por dinamitar el territorio, como ocurrió trágicamente en Yugoslavia. Paralelamente a estas maniobras en el caso yugoslavo se entregó suficiente armamento a grupos colaboradores que alimentaron el conflicto bélico.

Recordemos brevemente aquellos hechos.

En 1999, la OTAN interviene militarmente para fomentar la separación de Kosovo , apoyando al Ejército de Liberación de Kosovo, junto a una operación de bombardeo contra la ciudad de Belgrado. El Consejo de Seguridad de la ONU justificó el ataque por las supuestas limpiezas étnicas en la autonomía kosovar y la llamada «catástrofe humanitaria» provocada por las fuerzas gubernamentales yugoslavas. 19 Los bombardeos de Belgrado comenzaron el 24 de marzo de 1999 y finalizaron el 10 de junio de 1999, siendo el primer caso en que se justificó una acción militar de este envergadura bajo el pretexto de una «intervención humanitaria».

Esta actuación de los EE.UU. y su organización militar junto a sus aliados se definen con claridad y sin ambigüedades en las actas de la Estrategia de Seguridad Nacional [NSS: National Security Strategy] que dictamina cada nueva administración estadounidense. La de esta última, correspondiente a la Administración Biden-Harris, se publicó con un par de años de retraso, el 12 de octubre de 2022. Entre sus puntos más destacados señala:

«(…) En primer lugar, hemos roto la línea divisoria entre política exterior y política interior. Entendemos que para que Estados Unidos tenga éxito en el exterior, debemos invertir en nuestra innovación y fortaleza industrial, y desarrollar nuestra capacidad de resiliencia, en casa. Del mismo modo, para fomentar la prosperidad compartida en el ámbito nacional y defender los derechos de todos los estadounidenses, debemos configurar de forma proactiva el orden internacional en consonancia con nuestros intereses y valores.

» Estados Unidos seguirá liderando con fuerza y ​​propósito, aprovechando nuestras ventajas nacionales y el poder de nuestras alianzas y asociaciones. (…) La idea de que debemos competir con las principales potencias autocráticas para dar forma al orden internacional goza de un amplio apoyo bipartidista en el país y cada vez más profundo en el extranjero.

» Nuestros aliados de la OTAN y de tratados bilaterales nunca deben dudar de nuestra voluntad y capacidad para estar con ellos frente a la agresión y la intimidación. A medida que modernizamos nuestras fuerzas armadas y trabajamos para fortalecer nuestra democracia en casa, pediremos a nuestros aliados que hagan lo mismo, invirtiendo en el tipo de capacidades y llevando a cabo la planificación de sus operaciones, emprendiendo la planificación necesaria para reforzar la disuasión en un mundo cada vez más conflictivo.» 20

La OTAN, la nueva «Santa Alianza» de occidente, tutela a la dócil Europa y a sus vez, por imposición de Washington, condiciona y determina el presupuesto militar anual de cada uno de sus obedientes miembros.

ANEXOS

Países de europeos miembros de la OTAN, nov-23. Fuente enlace: NATO

Bases Militares OTAN en Europa, nov-23.
Fuente enlace: NATO


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